Hace pocos meses atrás, se destacó la noticia de que Huawei estaría vendiendo celulares de gama media por 1 peso. En esa semana, se vio a muchos argentinos hacer colas durante 3 o 4 días esperando tener, por ese precio, un celular que no bajaba de los 4.000 pesos. En paralelo, la empresa se mostró con una campaña publicitaria millonaria que, entre otras cosas, incluía gigantografías en las principales autopistas porteñas y del Conurbano Bonaerense, y un acuerdo con Boca que ronda los 6 millones de dólares para ser su sponsor durante los próximos 2 años. Quienes más festejaron la novedad de que la empresa fuese auspiciante de uno de los clubes más populares del continente fueron los dirigentes del Partido Comunista Revolucionario de Argentina, que en su sitio web vivaron a la corporación Huawei (típico de los comunistas, vivar algo a lo que se contraponen por definición), y atacaron a sus detractores con saña.
La gran duda es: ¿quiénes están detrás de esta compañía? Una megaempresa salida de la nada, que es ahora el tercer proveedor de smartphones a nivel mundial, después del iPhone de Apple y de los Galaxy de Samsung.
Huawei nació en 1987, y su fundador fue Ran Zheng Fei. Este personaje nació en China en el año 1944. Si bien su padre fue empleado del Kuomitang, el Partido Nacionalista del General Chiang Kai Shek que logró independizar Taiwán del yugo comunista de Mao, Ran torció sus afectos hacia el Partido Comunista que su progenitor en algún momento combatió. Consiguió unirse al Ejército Popular de Liberación, y finalmente fue aceptado como miembro del Partido en 1978, tras aportar distintos desarrollos tecnológicos que acreditaron su valía como militante y futuro directivo. En estos días, Ran integra el Congreso Nacional del Partido Comunista de China, es decir, es una persona que tiene un peso importante tanto a nivel gubernamental como ideológico.
Historia de Huwaei
Volvamos a Huawei. Esta compañía se define como una empresa “privada” China. Un poco extraño resulta este hecho, ya que si bien el comunismo de Mao se alejó de lo que originalmente proponía Marx, esta ideología teóricamente no debería ser adepta a la noción de la propiedad privada, sino que todo debería ser de uso público y común.
Así como Apple y Samsung emergieron en el mercado móvil luego de años de haber incursionado en distintas ramas de la computación, el surgimiento de Huawei es más parecido al de Nokia, ya que la principal línea de negocios con la que se conformó la compañía es el área de las redes. Huawei comenzó sus actividades en 1987 dedicándose a la importación y posterior desarrollo propio de centrales telefónicas PBX, y luego se expandiría al resto de los aspectos de infraestructura de las redes de telecomunicaciones. Después de haber asentado su soporte a distintas redes telefónicas tanto fijas como móviles (como Movistar, Claro de Perú, la mexicana Telcel, América Móvil y China Telecom, entre muchísimas otras operadoras), comenzó su desarrollo de dispositivos celulares.
Rápidamente, empezó a hacerse su lugar durante la primer década del siglo XXI, donde tuvimos la oportunidad de ver muchas marcas que iban y venían desde el anonimato hacia la punta, y que terminaría con el posicionamiento de los dos grandes proveedores de hoy, Apple y Samsung. Hay que admitir también que los equipos de Huawei supieron no tener nada que envidiarle, en cuanto a su diseño y construcción, al principal puntero de los equipos Android, los surcoreanos Samsung. Esto, sumado a las multimillonarias y agresivas campañas de publicidad que desplegó, hizo que Huawei pudiera sobrepasar a otros destacados jugadores del mercado como Nokia y Microsoft, quedando hoy en día en tercer lugar en el mercado a nivel mundial, tanto en participación como en cantidad de celulares distribuídos alrededor del planeta.
El control del Partido Comunista Chino en la empresa y el peligro de espionaje
Según denuncia el periódico La Gran Época, ala de prensa del movimiento Falung Dafa, la empresa Huawei, que vimos anteriormente y que se define como una compañía “privada”, posee un “Comité Interno del Partido Comunista Chino” dentro de sus unidades directoras. La revelación causó estupor, y la respuesta llegó del mismísimo Ren Zhang Fei, quien declaró textualmente en su descargo: “Somos una empresa china, apoyamos al Partido Comunista Chino, amamos nuestro país”.
Debido a esta relación de control el PCCh y la empresa, son varios los países que ahora se cuestionan si dejar o no que Huawei termine de establecerse en sus territorios. Entre ellos podemos encontrar a Estados Unidos, Inglaterra y Australia, los cuales se encuentran actualmente abocados a tareas parlamentarias para reglamentar o prohibir el uso de la tecnología Huawei, no sólo respecto a sus dispositivos móviles, sino de la infraestructura con la que ya ha copado sus telecomunicaciones internas.
El principal temor de estas potencias es que los chinos estén utilizando sus aparatos para realizar tareas de espionaje. Usando el sentido común, estamos ante la presencia de millones de teléfonos celulares, por definición construídos con micrófonos y cámaras. Si a eso le sumamos el agravante de ser una empresa “bancada” y co-dirigida por el Partido Comunista de China, esas sospechas están bien fundadas. No sería nada complejo que nuestras conversaciones puedan ser monitoreadas, así como nuestros diálogos por Facebook y Whatsapp, e incluso que los micrófonos y cámara se activaran sin ser vistos, para ser utilizados para crear una gigantesca red de escuchas a lo largo del mundo.
Posición Argentina frente al gobierno comunista chino y Huawei
Hemos visto cómo las principales potencias mundiales manifestaron su preocupación por este tema. Nuevamente, todo se expresa en términos potenciales, ya que ni nosotros ni otras naciones pudieron demostrar aún que existan efectivamente dispositivos de espionaje en los celulares de Huawei. Pero más allá de esto, ¿qué postura ha tomado el gobierno argentino respecto a esta corporación extranjera?
Por un lado, lo que ya comentamos: Angelici, presidente de Boca y testaferro de Macri en dicho club, ha firmado un acuerdo por 6 millones de dólares para que Huawei sea su sponsor durante los próximos dos años. Por otro lado, el presidente Macri ha afirmado recientemente que China es un “fuerte aliado político y económico” de la Argentina. Recordemos también que el padre de Macri es el principal nexo comercial entre las corporaciones chinas y nuestra región, ya que actúa como consultor oficial del régimen comunista en materia de inversiones.
Fiel al negocio familiar, nuestro primer mandatario envió en julio una comitiva de su partido (el PRO) a Beijing, entre los cuales se encontraba el propio presidente de la entidad, Humberto Schiavoni, y otros dirigentes como el tristemente conocido “Piter” Robledo, aquel que pretendió negar la invitación oficial al Partido Bandera Vecinal al 1er. Encuentro de Juventudes Políticas celebrado en la Casa Rosada en julio pasado.
Significativamente, no trascendieron ni la agenda ni los detalles de las reuniones de esta comitiva; pero se debe tener en cuenta que fue una respuesta favorable a la visita que previamente hizo a la Argentina el jerarca Sun Zheng Cai, miembro del Buró Político del Partido Comunista Chino. En abril pasado, esta persona, que es uno de los líderes actuales de la dictadura, fue recibida por el mismo presidente Macri en la Casa Rosada. Pocos días antes de este hecho, veíamos a un presidente Macri saludándose con el presidente Chino, Xi Jing Ping, en una cumbre que organizaba Obama.
Recordemos también que toda esta política no es más que una continuidad de lo que se viene dando desde hace años. Lanata sorprendía a sus televidentes el año pasado con la construcción de la base militar-espacial de China en Neuquén, algo que el Partido Bandera Vecinal venía denunciando desde hace muchísimo tiempo atrás. Pero eso es sólo una muestra de lo que en realidad ocurre, ya que al día de hoy China tiene muchos otros negocios y bases en el país, como un puerto propio en Río Negro, con el cual puede ingresar y sacar cuanto quiera de Argentina sin revisiones aduaneras.
Vemos entonces que, lejos de la preocupación mundial acerca de cuánto y cómo penetra Huawei en distintos mercados locales, el actual gobierno argentino parece estar más abocado a estrechar los lazos con la tiranía más grande del planeta.
Conclusión
Resumamos: Tenemos millones de celulares Huawei operando en el país y una red de infraestructura que va desde Argentina hasta la misma República Comunista China (que de “Popular” nada tiene). Son smartphones con cámaras y micrófonos que pueden activarse desde su casa matriz sin dejar rastro y, lo que es peor, enviar a ciertos nodos la actividad completa del dispositivo. Incluso está la posibilidad de la detección del tecleado que el usuario realice (con lo a un operador externo le es posible, posteriormente, rearmar el texto realizado), ya que a través de los distintos puntos que va atravesando la comunicación, es inevitable que en alguno de ellos se esté dentro de una de las redes de Huawei.
El mundo actual es el mundo de la tecnología y de la masiva dependencia de nuestra civilización hacia la misma. Hoy ya no podemos hablar de “paranoia”, hoy tenemos que hablar de realidades concretas, de hechos perfectamente verificables. Luego de lo expuesto, y plasmadas las dudas razonables que existen no sólo aquí sino en los Parlamentos de varias naciones del globo, bien deberías pensar dos veces si tenés en tu bolsillo un celular Huawei, ya que el mismo podría estar siendo utilizado como un dispositivo de espionaje.
Mi recomendación personal: cambiá de marca.
Artículo publicado en el Periódico Bandera Nº 14 (Noviembre/Diciembre 2016)